UNISA celebra el Día de Muertos con arte, tradición y comunidad
Entre flores de cempasúchil, versos irreverentes y expresiones artísticas llenas de color, la Universidad de la Salud (UNISA) conmemoró el Día de Muertos con un programa de actividades que reunió a estudiantes, docentes y personal administrativo en un ambiente de respeto, creatividad y memoria colectiva.


Desde el 21 de octubre, la comunidad universitaria comenzó a reunir materiales para la tradicional ofrenda comunitaria, coordinada por la Oficina de Extensión y Difusión Universitaria (CEDU). La recepción de objetos simbólicos, fotografías, alimentos y elementos decorativos marcó el inicio de una jornada que, más allá de lo académico, buscó honrar la vida a través de la cultura.


El 24 de octubre, el montaje del Tzompantli —estructura ceremonial que evoca las raíces prehispánicas de esta celebración— dio paso a la inauguración oficial de la ofrenda el día 27, acompañada por una exposición de calaveritas literarias escritas por estudiantes. El patio del edificio Santa Fe se transformó en un espacio de encuentro, reflexión y color, donde las tradiciones mexicanas cobraron vida.
El proyecto “Tzompantli UNISA 2025”, una iniciativa artística y académica que convocó a estudiantes de las licenciaturas en Medicina General y Comunitaria y Enfermería Familiar y Comunitaria para crear un altar de cráneos decorativos que fusionara el simbolismo prehispánico con el conocimiento médico.
La propuesta consistió en intervenir cráneos de unicel con una doble mirada: una mitad dedicada a los elementos tradicionales de la festividad —como flores, colores, papel picado y símbolos ancestrales—, y otra que representara sistemas del cuerpo humano, patologías y emociones, desde una perspectiva formativa y reflexiva.

La respuesta estudiantil fue contundente: se recibieron 187 cráneos decorados, elaborados por personas estudiantes de todos los grados de la Licenciatura en Medicina, así como por estudiantes de primero y segundo año de la Licenciatura en Enfermería. Además, se sumaron dos aportaciones anónimas que enriquecieron la diversidad del montaje.
El resultado fue un Tzompantli universitario instalado en el Centro de Información y Documentación (Biblioteca UNISA), que se convirtió en un espacio de encuentro entre la tradición, la creatividad y la ciencia. Esta actividad colectiva destacó por su enfoque ético, artístico y comunitario, donde la innovación y la sensibilidad se entrelazaron para honrar la memoria desde la formación profesional.

Como parte de las actividades conmemorativas del Día de Muertos, el doctor Rafael Eduardo González Reyes, docente del área de Atención Primaria a la Salud en la Comunidad Vulnerable (APSCV), en colaboración con los grupos 2401 y 2403 de la licenciatura en Medicina General y Comunitaria, presentó la “Ofrenda en honor a los infantes accidentados”. Esta intervención académico-lúdica, desarrollada en el marco del módulo Atención integral del niño y adolescente II, tiene como propósito representar, a través de una ofrenda tradicional mexicana, los factores de riesgo, manifestaciones clínicas, tratamientos y medidas de prevención y promoción de la salud en casos de intoxicación y quemaduras pediátricas por Salicilatos, Anticolinérgicos, Organofosforados, Hidrocarburos y Cáusticos. La ofrenda se compone de tres elementos clave: el ofrendado, que simboliza a un infante ficticio con características sociodemográficas vinculadas al tipo de intoxicación; la ofrenda, que incorpora elementos tradicionales para representar el tratamiento y las acciones preventivas; y los adornos, que expresan de forma abstracta las manifestaciones clínicas y paraclínicas asociadas. Esta propuesta busca sensibilizar a la comunidad universitaria sobre los riesgos y cuidados en la salud infantil, integrando saberes médicos con expresiones culturales profundamente significativas.


El 31 de octubre, la creatividad se desbordó con dos concursos que capturaron la atención de toda la comunidad: el de calaveritas literarias, que combinó humor y crítica social en versos ingeniosos, y el de disfraces de cuerpo completo, donde el body paint universitario se convirtió en una expresión artística de alto nivel. Ambos eventos se realizaron en Teatro al aire libre de la UNISA.










Finalmente, una presentación artística cerró el ciclo de actividades con música, danza y expresión escénica, reafirmando el compromiso de UNISA con la formación integral de sus estudiantes y el fortalecimiento de la identidad cultural.



Con este programa, la Universidad de la Salud no solo rindió homenaje a quienes nos precedieron, sino que también reafirmó su vocación humanista, su vínculo con las tradiciones mexicanas y su convicción de que la educación también se construye desde la memoria, el arte y la comunidad.




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CIENCIAS DE LA SALUD AL SERVICIO DE MÉXICO
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